
¿Puede desaparecer un prolapso?
El prolapso, también conocido como descenso de órganos, es una afección que afecta a una de cada dos mujeres en distintas etapas de su vida. Se desarrolla gradualmente, cuando los músculos y ligamentos que sostienen los órganos pélvicos (útero, vejiga, recto) se debilitan o distenden, provocando el colapso de estos órganos en la vagina, y una serie de síntomas.
Una de las preguntas que más nos hacen las mujeres con prolapso es si es posible que éste desaparezca. En pocas palabras, ¿se puede curar el prolapso?
En este artículo, exploraremos esta cuestión examinando los diversos factores que contribuyen al desarrollo del prolapso y analizando las opciones de tratamiento disponibles, pero también preguntándonos si es necesario o no que el prolapso desaparezca.
Factores que favorecen el desarrollo del prolapso
El prolapso puede deberse a varios factores, como el embarazo y el parto, el envejecimiento, la menopausia, la obesidad, el estreñimiento crónico, la tos crónica y las actividades que ejercen una presión excesiva sobre el suelo pélvico (llevar cargas pesadas, deporte intenso). Estos factores pueden debilitar el sistema de suspensión y soporte de los órganos pélvicos, lo que a su vez puede provocar el desarrollo de un prolapso.
Algunos de estos factores pueden evitarse o modificarse. Es el caso de todos los relacionados con el estilo de vida: alimentación, estreñimiento, hábitos de aseo, exceso de peso, ejercicio físico y deporte, tabaquismo, etc.
Otros factores son “inevitables”, como los cambios hormonales relacionados sobre todo con la menopausia, el embarazo y el parto, el envejecimiento y las anomalías congénitas del tejido conjuntivo.
¿Puede un prolapso desaparecer por sí solo?
En algunos casos, el prolapso incipiente puede mejorar o incluso parecer que desaparece por sí solo, sin tratamiento. Esto suele ocurrir en el periodo posparto, después del embarazo y el parto. En efecto, durante el puerperio, el organismo se recupera y cicatriza, siempre que se lleve a cabo una buena reeducación abdominal y pelviperineal.
De forma más general, un prolapso leve o moderado puede resolverse, al menos en parte y de forma sensitiva, tras una reeducación abdominal y pelviperineal y la eliminación de los factores de riesgo: deshacerse del estreñimiento crónico, adaptar la alimentación, aprender a orinar y defecar ya son pasos muy útiles -e incluso imprescindibles-.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el prolapso no desaparece por completo en la mayoría de los casos, a diferencia de los síntomas, que pueden desaparecer o mejorar satisfactoriamente. Puede ser necesario un tratamiento adecuado para controlar estos síntomas y evitar que empeoren.
¿Cómo se pueden eliminar los síntomas del prolapso?
Si el prolapso le resulta molesto o afecta a su calidad de vida, existen varias opciones de tratamiento eficaces:
- La reeducación abdo-pelvi-perineal, realizada por un fisioterapeuta o comadrona especializados, para ayudar a restablecer un periné competente y corregir la hiperpresión intraabdominal y los hábitos respiratorios.
- El pesario, un pequeño dispositivo médico de silicona que se introduce en la vagina para sostener los órganos pélvicos y corregir los síntomas al instante.
- La cirugía, para volver a colocar los órganos pélvicos en su sitio utilizando material protésico. Desde un punto de vista estrictamente anatómico, es la única forma de hacer “desaparecer” el prolapso. Sin embargo, si no se han corregido los factores responsables del desarrollo del prolapso, el riesgo de recidiva es muy elevado y es probable que el prolapso reaparezca al cabo de unos años.
El prolapso no tiene por qué ser una fatalidad, ni mucho menos: existen soluciones terapéuticas eficaces y seguras que le ayudarán a controlar los síntomas y a vivir su vida sin trabas.
La elección del tratamiento es suya. La HAS recomienda las llamadas soluciones conservadoras (opuestas a la cirugía), como la reeducación y los pesarios. La cirugía sólo se utiliza como tratamiento de segunda línea si las opciones conservadoras no funcionan o no le satisfacen.
¿Es necesario eliminar el prolapso y/o sus síntomas?
También podemos completar nuestra respuesta a la pregunta “¿puede desaparecer el prolapso?” explorando otra cuestión: ¿tiene que desaparecer el prolapso? La buena noticia es que la respuesta suele ser negativa.
El prolapso es una patología funcional (y no lesional), que nunca es grave, salvo algunos casos especiales muy raros. Por lo tanto, la presencia de un prolapso en sí no es un problema: lo único que puede serlo son las molestias que ocasiona y la experiencia que de ellas tiene la paciente.
Este es también el sentido de las directrices de buena práctica emitidas por la HAS (alta autoridad sanitaria francesa), que recomiendan el tratamiento sólo en caso de prolapso sintomático, para el que la paciente expresa su malestar y su deseo de tratamiento (excepto en caso de prolapso complicado).
La HAS también recomienda que los profesionales sanitarios incluyan una “evaluación sensorial” en el examen clínico: ¿percibe la paciente el prolapso, tiene dolor, repercute en su sexualidad, etc. Además de lo que el médico observa y diagnostica en el plano estrictamente clínico y anatómico, son las sensaciones y experiencias de la paciente las que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir la estrategia terapéutica: tratamiento o no tratamiento y, en tal caso, qué tratamiento o tratamientos.
Las molestias varían mucho de una mujer a otra. Algunas mujeres con un prolapso importante, una vez tranquilizadas de que no es grave y debidamente informadas, optan por vivir con ello. Otras mujeres, con un prolapso mucho más leve, se sienten muy incómodas y no soportan los síntomas o incluso sólo la imagen que les da, y están desesperadas por encontrar una solución para deshacerse de él.
Existen cuestionarios que ayudan a las mujeres a cuantificar y calificar el impacto del prolapso en su calidad de vida y las molestias que sienten. Estos cuestionarios también ayudan a los cuidadores a adaptar el tratamiento a cada paciente. No dude en descargarlos de nuestro sitio web, están a su disposición.🙂
Conclusión
El prolapso no es grave, y no hay necesidad de deshacerse de él si no siente ninguna molestia o si vive bien con él.
En cambio, si el prolapso le impide vivir su vida, existen soluciones que harán desaparecer los síntomas o le permitirán controlarlos satisfactoriamente para que pueda llevar una vida libre y segura.
Por lo tanto, deshacerse o no del prolapso y/o de sus síntomas es, ante todo, una cuestión de elección personal y de sentimientos, a la que cada mujer responderá de forma diferente, para sí misma.