Higiene y mantenimiento del pesario

Muchas mujeres se preguntan cómo deben mantener/limpiar/desinfectar el pesario y qué higiene personal deben tener cuando lo usan.

Buenas noticias: no podría ser más sencillo y no hay casi nada que hacer.

La higiene íntima con un pesario

La idea general es simple: haz lo de siempre, como si no llevaras el pesario.

Es innecesario (e incluso se desaconseja) lavar el interior de la vagina, incluso cuando se usa un pesario de forma continuada. La vagina está poblada por colonias de bacterias (la mayoría conocidas como lactobacilos), cuya función es mantener el equilibrio bacteriológico y

eliminar los «desechos» celulares o microbianos. La vagina es un sistema maravillosamente bien hecho que se autolimpia continuamente. Si la lavas, incluso con agua, puedes desequilibrar su flora íntima y aumentar las posibilidades de sufrir una irritación o incluso una infección.

Para limpiar la vulva, es decir, la parte externa de la vagina, sigue los hábitos de siempre. Lavarse con agua suele ser suficiente, aunque también puedes utilizar tu gel íntimo habitual si te resulta más cómodo.

La mejor manera de evitar cualquier desequilibrio es, si usas el pesario de forma continua o por largos períodos de tiempo, quitártelo regularmente para limpiarlo y dejar que la mucosa «respire» un poco.

El mantenimiento y la limpieza del pesario

Un pesario de silicona médica es un dispositivo reutilizable y duradero. Nuestros pesarios tienen una vida útil de 2 a 3 años de media y están hechos de silicona médica de alta calidad, y sus posibles efectos secundarios son raros y leves. Para asegurarte de que el pesario se mantiene en buen estado y que se mantenga el equilibrio de tu flora íntima, solo tienes que seguir 3 reglas muy sencillas.

  1. Retíralo y límpialo con frecuencia. Si no puedes o no quieres hacerlo tú misma, pídele a tu profesional sanitario que te haga un seguimiento periódico.
  2. Usa solo gel lubricante a base de agua. Otros geles lubricantes (geles a base de silicona, aceites) o productos como la vaselina pueden dañar el pesario y causarte irritación (además, las mucosas los toleran peor).

Si usas un pesario de cubo, debes quitártelo y limpiarlo todas las noches antes de acostarte y volver a ponértelo a la mañana siguiente. De hecho, el cubo no permite que las secreciones vaginales naturales fluyan lo suficiente, por lo que las mucosas deben poder respirar para no estar permanente sometidas a la succión que ejerce.

Si usas otro tipo de pesario, aunque sea de los que pueden mantenerse varios meses seguidos, y puedes, es preferible que te lo quites y lo limpies de vez en cuando (una vez al día o una vez a la semana, idealmente). Un profesional sanitario puede indicarte cómo extraer el pesario y volver a insertártelo.

Para limpiar el pesario, simplemente usa agua y jabón suave.

1.

Prepara una solución en un recipiente con un jabón suave sin perfume y con agua caliente o tibia.

2.

Sumerge el pesario en la solución y déjalo en remojo durante 5 minutos.

3.

Si es necesario, frota el pesario a remojo durante unos segundos con un cepillo de cerdas suaves (por ejemplo, un cepillo de dientes usado exclusivamente con este fin).

4.

Enjuágalo bien con agua corriente.

5.

Deja que el pesario se seque en un lugar limpio.

Si lo deseas, también puedes utilizar una solución de limpieza diseñada específicamente para limpiar dispositivos y accesorios íntimos.

No es necesario que desinfectes o esterilices el pesario. Tampoco es necesario hervirlo, ya que podría alterar la calidad. La vagina no es un medio estéril: una limpieza simple pero bien hecha del pesario es suficiente.

Tan pronto como presente cualquier signo de deterioro (fisuras, roturas o hendiduras en la superficie de silicona), debes desechar el pesario y cambiarlo por otro. Un ligero cambio de color es normal. Un cambio de color sustancial, en cambio, indica que el pesario ha envejecido y debe cambiarse. No dudes en consultar a un profesional sanitario.

En resumen: agua, jabón, gel lubricante a base de agua¡eso es todo!