¿Qué pesario es para mí?
El pesario, para que sea eficaz y cómodo, debe adaptarse a tus necesidades o tu patología, así como a tu anatomía. La mayoría de las veces, esto requiere la consulta y el examen de un profesional sanitario.

Hay dos tipos de pesarios:
- Los llamados pesarios de «apoyo» o «sostenimiento», que incluyen:
- Los pesarios de Anillo
- Los pesarios de plato
- Los llamados pesarios de «relleno», que incluyen:
- Los pesarios Cubo
- Los pesarios Dónut
- Los pesarios Gellhorn
Los pesarios de apoyo se utilizan antes por lo general. Los pesarios de relleno se utilizan a menudo cuando el prolapso está más avanzado o cuando los músculos pélvicos no pueden mantener un pesario de apoyo.
Algunos pesarios también están indicados específicamente para la incontinencia urinaria de esfuerzo. Estos pesarios suelen estar equipados con un «botón» que se coloca debajo de la uretra para devolverla a su posición inicial, lo que le permite retener la orina al ejercer presión intraabdominal o realizar un esfuerzo físico.
Dependiendo del modelo, podrás ponerte y quitarte el pesario con más o menos facilidad tú sola, sin la ayuda de un profesional sanitario.
La consulta de prueba del pesario
Cada mujer es única y cada vagina también. La prueba del pesario en consulta es fundamental para determinar la eficacia del tratamiento, pero también el modelo y el tamaño más adecuados.
Es habitual que el profesional sanitario prescriba un tratamiento hormonal local que debe iniciarse antes de la consulta para la prueba del pesario, sobre todo para las mujeres posmenopáusicas. De este modo, la prueba le resultará más fácil y cómoda, y optimizará la tolerancia del pesario al garantizar que sus membranas mucosas sean más tróficas y elásticas.
La consulta de prueba del pesario se desarrolla en 4 tiempos y dura entre 15 y 30 minutos.
La elección del pesario implica un examen médico y la consulta con un profesional sanitario.
En primer lugar, el profesional sanitario comprobará si hay cuello uterino, lo que significa que puede utilizarse un pesario de soporte (tipo anillo). Si no hay cuello uterino, sólo puede utilizarse un pesario de relleno (tipo Cubo o Gellhorn). Lo mismo ocurre si tu suelo pélvico es demasiado débil para sostener un pesario de soporte.
También comprobará que estás dispuesta y eres capaz de manejar tú misma el pesario a diario. Sólo entonces se le prescribirá un pesario Cubo. A una mujer que no desee quitarse y volver a ponerse el pesario ella misma, o que desee hacerlo de forma no diaria, se le prescribirá un pesario Anillo, Donut, Plato o Gellhorn, que pueden permanecer en la vagina hasta 3 meses de forma continuada.
Por último, hable de sus necesidades y hábitos con su profesional sanitario: el hecho de que tenga o desee tener una vida sexual activa, por ejemplo, influirá mucho en la elección del pesario. El objetivo es satisfacer sus expectativas y darle más libertad para hacer lo que le gusta.
Hay varios tamaños para cada modelo de pesario, con el fin de adaptarse a todas las morfologías y todas las etapas de la vida de la mujer (entre 7 y 14 tamaños diferentes, según el modelo). Es importante determinar el tamaño correcto para que el pesario sea eficaz y cómodo.
El tamaño del pesario se calcula mediante un examen vaginal. El profesional sanitario colocará la punta de su dedo índice derecho en el fondo posterior de tu vagina y la punta de su dedo corazón justo detrás del hueso púbico. Así, calculará la distancia en milímetros entre estos 2 puntos. Con esta medida se obtendrá el tamaño del pesario que te convenga probar (es decir, su diámetro exterior). Los tamaños que se suelen recomendar varían entre 57 mm y 76 mm de diámetro.
Una vez realizados estos pasos, el profesional sanitario te pedirá que te pruebes el pesario para asegurarse de que el modelo y el tamaño elegidos son adecuados. Para ello, y por norma general, dispondrá de un juego de pesarios de prueba en la consulta.
Una vez que el pesario se ha colocado en su sitio, el profesional sanitario comprobará que la punta del dedo cabe entre el borde del pesario y la pared vaginal. Si no cabe, deberá probar con el siguiente pesario de menor tamaño. Si, por el contrario, cabe con demasiada facilidad, será recomendable probar con el siguiente pesario de mayor tamaño. El profesional sanitario debe sentir cierta flexibilidad entre el pesario y la pared vaginal.
Una vez que hayas completado este paso, si el tamaño parece adecuado, el profesional sanitario te pedirá que te pongas de pie, camine, pises el suelo, te inclines hacia adelante, te pongas en cuclillas, tosas… Si el pesario permanece en su lugar tras realizar estos «ejercicios» durante unos minutos y no sientes molestias, entonces el pesario que estás probando es sin duda el correcto. El profesional sanitario puede completar el control pidiéndote que orines. Si puedes hacerlo sin molestias y sin que se caiga el pesario, la prueba habrá terminado y el profesional podrá prescribirte este modelo.
Si, por el contrario, el pesario desciende o se cae, deberás probar con otro. Ojo, un pesario puede caerse si es demasiado pequeño, pero también si es demasiado grande y acaba colocándose en posición longitudinal. Un pesario también puede caerse si el modelo no es adecuado: si los músculos pélvicos son demasiado débiles no serán capaces de mantener el llamado pesario de apoyo y entonces, habrá que recurrir al llamado pesario de relleno, en particular a un cubo, que se mantendrá mejor gracias al efecto ventosa que ejerce sobre la pared vaginal.
La prueba a veces es muy rápida y sirve el primer pesario que se prueba. Otras veces hay que probar varios y la consulta puede durar hasta media hora. La experiencia muestra que, de media, se deben probar 3 o 4 modelos para dar con el correcto (generalmente, los tamaños prescritos con mayor frecuencia).
El tamaño más adecuado suele ser el tamaño más pequeño posible que no se resbale ni se caiga.
El profesional sanitario se asegurará de que puedas ponerte y quitarte el pesario antes de finalizar la consulta, especialmente si te ha prescrito un pesario de cubo. También te explicará cómo limpiarlo y mantenerlo, y la necesidad de acudir a consulta para realizar un seguimiento periódico si no te quitas el pesario a diario. El médico determinará con qué frecuencia debe hacerse seguimiento.
El seguimiento
Una vez que el profesional sanitario le haya colocado el pesario, por lo general volverá a verle en un plazo de 24 a 48 horas, y de nuevo 72 horas después. A partir de entonces, se recomienda una consulta de seguimiento cada 2 ó 3 meses por término medio. El periodo puede ser más largo si usted es independiente y se quita el pesario con regularidad (en este caso, el seguimiento puede tener lugar cada 3 a 6 meses). La frecuencia del seguimiento la determinará el profesional sanitario, dependiendo del tipo de pesario que utilice y de cómo lo utilice.
Cuanto más a menudo se quite el pesario, más largo será el seguimiento con su profesional sanitario. Retirar el pesario con regularidad garantiza una higiene más rigurosa, limitando el riesgo de infecciones locales, y reduce en gran medida el riesgo de erosión o ulceración de las mucosas al reducir el tiempo de permanencia del pesario en la cavidad vaginal.

Durante las consultas de seguimiento, si llevas el pesario puesto, el profesional sanitario te lo quitará para examinarte tanto a ti como al pesario. Verificará el estado de tu vagina, comprobará que no haya irritaciones relacionadas con el pesario y te preguntará acerca de posibles efectos secundarios (son muy raros si se realiza el seguimiento y si el pesario es de buena calidad, de silicona médica). A continuación se asegurará de que el pesario esté en buenas condiciones y de que sigan siendo el modelo y el tamaño más adecuados para ti. Si es así, volverá a colocarte el pesario después de limpiarlo. De lo contrario, el médico te pedirá que pruebes nuevos pesarios y te prescribirá el mejor según tu caso.
No es de extrañar que después de unos meses o unos años sea necesario cambiar el tamaño o el modelo de pesario, en función de cómo evolucione tu patología y del tono muscular del suelo pélvico. Es importante adaptar el pesario para que sea eficaz y para que te sientas cómoda en tu vida diaria.