Factores que favorecen el éxito de un proyecto de pesario
Hay una serie de factores que contribuyen o pueden contribuir a aumentar la satisfacción y la comodidad de la paciente, limitar los posibles efectos secundarios y maximizar las posibilidades de éxito y la longevidad del tratamiento con pesario:
- Prescribir el modelo de pesario que mejor se adapte a las necesidades de la paciente (patología, pero también actividad sexual y autonomía en el manejo del pesario).
- Prescribir el pesario más pequeño posible.
- Insistir en explicar cómo utilizarlos y hacer que la paciente practique
- Insistir en el seguimiento
- Prescribir un tratamiento hormonal local, o al menos un gel vaginal hidratante, sobre todo para las mujeres posmenopáusicas.
- Tratar el estreñimiento
- Adaptar el tipo de pesario utilizado durante el tratamiento si es necesario.
Es importante realizar previamente una consulta de prueba del pesario, para asegurarse de que esta solución no sólo responde a las expectativas de la paciente, sino también de que se prescriben el modelo y el tamaño adecuados, que determinarán la eficacia del tratamiento.

Protocolo de consulta para un ensayo de pesario
Es esencial probar el pesario durante una consulta para determinar no sólo su eficacia, sino también el modelo y el tamaño más adecuados a la situación, la patología y la anatomía de cada paciente. En el 90% de los casos, será posible encontrar un pesario adecuado para cada mujer.
Antes de empezar a utilizar un pesario, y preferiblemente antes de probarlo, se recomienda que :
- Para las mujeres menopáusicas en particular, prescribir un tratamiento hormonal local o un gel vaginal hidratante.
- En los casos de prolapsos importantes que hayan provocado ulceraciones o erosiones, reducir la masa en la medida de lo posible y tratar la zona afectada.
La elección del pesario depende de un examen clínico y del diálogo con la paciente.
En primer lugar, el profesional sanitario comprueba si hay cuello uterino, lo que permite utilizar un pesario de soporte (como un Anillo o un Plato). Si no hay cuello uterino, sólo se puede sujetar un pesario de relleno (del tipo Cube, Donut o Gellhorn). Lo mismo ocurre si el suelo pélvico es demasiado débil para sostener un pesario de apoyo. Si la pared vaginal carece totalmente de tono, lo más adecuado sería un Cube.
También comprueba que la paciente esté dispuesta y sea capaz de manejar ella misma su pesario a diario. Un pesario Cube sólo puede prescribirse con esta condición, ya que debe retirarse cada noche y volver a colocarse cada mañana. A una mujer que no desee quitarse y volver a ponerse el pesario ella misma, o que desee hacerlo de forma no diaria, se le prescribirá un pesario Anillo (o Anillo con soporte), Donut, Plato o Gellhorn, que pueden permanecer en la vagina hasta 3 meses de forma continuada.
La elección del modelo de pesario dependerá también de la actividad sexual de la paciente. Un pesario Anillo, Anillo con soporte o Dish suele permitir las relaciones sexuales sin molestias, incluso sin retirarlo (pero si la paciente prefiere retirarlo, estos modelos son fáciles de manejar para la paciente). El Cubo también es compatible con la actividad sexual, ya que de todas formas la paciente tiene que quitárselo todos los días. El Donut o el Gellhorn, en cambio, deben evitarse si la paciente desea mantener la actividad sexual.
El tamaño del pesario se determina mediante un tacto vaginal. Entre 2 tamaños que parecen ajustarse, se recomienda elegir el más pequeño.
Para los pesarios Anillo, Anillo con Plato, Donut y Gellhorn:
El profesional sanitario colocará la punta de su dedo índice derecho en el fondo de saco posterior de la vagina y la punta de su dedo corazón justo detrás del pubis. A continuación, medirá la distancia en milímetros entre estos 2 puntos. Este valor indicará el tamaño del pesario que debe probarse (es decir, su diámetro externo). Las tallas más prescritas se sitúan entre 57 y 70 mm.
Para el pesario Cubo:
El profesional sanitario extenderá sus dedos índice y corazón en forma de V en la cavidad vaginal y estimará la distancia en milímetros entre estos 2 puntos. Las tallas más prescritas se sitúan entre 30 y 38 mm.
Si la medida estimada se encuentra entre 2 tallas existentes, generalmente se recomienda prescribir el Cubo cuya talla esté inmediatamente por debajo de la medida, en lugar de la inmediatamente por encima.
Una vez completados estos pasos, el profesional sanitario debe hacer que la paciente se pruebe el pesario para asegurarse de que el modelo y la talla elegidos son los adecuados. Para ello, debe tener en la consulta un juego de pesarios de prueba (en general, basta con tener las tallas más prescritas).
Para las mujeres posmenopáusicas en particular, se recomienda que el profesional sanitario prescriba un tratamiento hormonal local (o un gel vaginal hidratante) que deberá iniciarse antes de la consulta para la prueba del pesario. Esto no sólo limitará las molestias durante la prueba, sino que también garantizará que el pesario se ajuste correctamente y prescribirá el tamaño correcto de inmediato (el tamaño estimado antes de seguir un tratamiento local suele ser diferente del tamaño estimado tras unas semanas de tratamiento).
Si el profesional sanitario dispone de autoclave, podrá esterilizar los pesarios de prueba y, por tanto, utilizarlos sin protección para las pruebas. Si no es el caso, puede limpiar los bastoncillos con agua, jabón y un cepillo, después utilizar una solución de predesinfección y, por último, una solución de desinfección en frío. Sin embargo, como este método no garantiza la destrucción de los priones, será indispensable utilizar una protección para la sonda o un preservativo (masculino para los pesarios pequeños de hasta 64 mm, femenino para los modelos más grandes) durante las pruebas.
Para insertar el pesario :
- Ponerse guantes
- Si es necesario, protege el pesario con un protector de catéter o un preservativo
- Lubrica el extremo del pesario que se introducirá primero en la vagina
- Reduzca al máximo el tamaño del pesario (según el modelo)
- Inserte el pesario según las instrucciones de uso específicas de cada modelo
Una vez colocado el pesario, el profesional sanitario comprobará si puede pasar un dedo entre el borde exterior del pesario y la pared vaginal. Si no puede, deberá probar con la talla inmediatamente inferior. Si, por el contrario, el dedo entra con demasiada facilidad, deberá probar con la talla inmediatamente superior.
Una vez completada esta etapa, si el tamaño parece adecuado, el profesional sanitario pedirá a la paciente que se ponga de pie, camine, golpee el suelo con los pies, se incline hacia delante, se ponga en cuclillas, salte y tosa. Si al cabo de unos minutos el pesario permanece firmemente en su sitio y la paciente no siente ninguna molestia, probablemente el pesario probado sea el correcto. La comprobación debe completarse pidiendo a la paciente que orine. Si puede hacerlo sin molestias y sin que el pesario se caiga, la prueba ha terminado y el profesional puede prescribir este modelo a la paciente.
Si, por el contrario, el pesario se resbala o se cae, habrá que probar con otro. Cuidado, un pesario puede caerse porque es demasiado pequeño, pero también porque es demasiado grande y acaba en posición longitudinal. Un pesario también puede caerse si el modelo no es el adecuado: unos músculos pélvicos demasiado débiles pueden no ser capaces de mantener en su sitio un pesario llamado de soporte (como un anillo), por lo que se necesita un pesario de relleno, sobre todo un cubo, que se sujetará mejor gracias al efecto de succión que ejerce sobre la pared vaginal.
El tamaño más adecuado suele ser el más pequeño posible que no resbale ni se caiga.
Puede ser útil dejar el pesario de prueba con la paciente durante 30 minutos (el tiempo de una consulta, por ejemplo) o durante unas horas en las que la paciente realice sus actividades cotidianas.
Es esencial que el profesional sanitario se asegure de que la paciente es capaz de quitarse y volver a ponerse el pesario por sí misma antes de finalizar la consulta, sobre todo si se le prescribe un cubito. También explicará a la paciente cómo limpiarlo y mantenerlo, y la necesidad de visitas periódicas de seguimiento para las mujeres que no se quitan el pesario a diario.
Este enfoque por parte del profesional sanitario garantiza que la paciente reciba una atención óptima, en el marco de una información completa y detallada, situando en último lugar la cirugía potencialmente iatrogénica al tratar una patología que es esencialmente funcional.
Protocolo de seguimiento de una paciente portadora de un pesario
Al final de la consulta de prueba del pesario, el profesional sanitario debe pedir a la paciente que informe inmediatamente de cualquier molestia o dificultad para orinar o defecar.
Tras la colocación del pesario, la paciente debe acudir de nuevo a su profesional sanitario en un plazo de 24 a 48 horas, y de nuevo 72 horas después. A partir de entonces, se recomienda un seguimiento cada 3 meses. Este periodo puede ser más largo si la paciente se quita regularmente el pesario durante la noche. La frecuencia del seguimiento la determinará el profesional sanitario.
Cuanto más regularmente se quite la paciente el pesario, menos frecuente será el seguimiento. Para una paciente que se quita el pesario todas las noches, un seguimiento anual puede ser suficiente. Retirar el pesario con regularidad permite una higiene más rigurosa, limitando el riesgo de infección local, así como el riesgo de erosión y dolor al reducir el tiempo de permanencia del pesario en la cavidad vaginal.
En cada visita, el pesario debe retirarse y limpiarse (agua, jabón y cepillado). Debe comprobarse su estado. Si se observan signos de deterioro (grietas o roturas en la superficie de silicona), debe cambiarse el pesario. Un cambio de color es habitual y no requiere que se cambie el pesario, a menos que sea muy marcado, en cuyo caso es un indicador de que el pesario está envejeciendo.
Debe inspeccionarse la cúpula vaginal para asegurarse de que no hay ninguna reacción alérgica ni presión indebida en las paredes vaginales. El profesional sanitario debe buscar cualquier ulceración y comprobar que la mucosa está en buen estado, en particular que se sigue el tratamiento hormonal local.
Se debe preguntar a la paciente sobre :
- flujo vaginal
- fugas
- dolor o sangrado
- cistitis o infecciones vaginales
- olores
- problemas de tránsito
- problemas urinarios
- las duchas vaginales
- posibilidad de que se caiga el pesario
Puede ser necesario instalar un pesario de diferente tamaño o tipo en función de la evolución de la patología, el tono de la musculatura del suelo pélvico o las sensaciones de la paciente.