
#1: Victoire (42) habla de sus 3 prolapsos…
¿Qué tienen en común todas las mujeres que sufren un prolapso? La sensación de estar solas. Y, sin embargo, ¡somos millones las afectadas! Así que para ayudar a romper el silencio en torno a esta afección, algunas mujeres han accedido a responder a nuestras preguntas y compartir con ustedes sus experiencias con el prolapso, sus miedos, sus dudas, los cambios en la relación con su cuerpo, pero también sus consejos, lo que les ha funcionado y cómo se están adaptando para seguir viviendo sus vidas.
En esta serie de artículos, descubre los retratos y las historias íntimas e inspiradoras de estas mujeres resilientes, mujeres que están pasando por lo mismo que tú. No estás sola: nuestra comunidad, una verdadera hermandad, está aquí para apoyarte.
Testimonio recogido por correo electrónico en 2024
1) Háblenos de usted: ¿quién es, cuántos años tiene, cuál es su formación, a qué se dedica? ¿Qué le gusta hacer?
Me llamo Victoire, tengo 42 años y soy madre de dos niños de 8 y 5 años. Tengo un máster en Psicología del Trabajo y de las Representaciones Sociales. Trabajo como orientadora escolar.
Me gusta leer, disfrutar de mis amigos y antes me encantaba jugar al tenis, esquiar y, sobre todo, ¡bailar!
2) ¿Cuál es tu relación con tu cuerpo y tu intimidad? ¿Ha cambiado con el tiempo?
Siempre he cuidado mi cuerpo y mi imagen corporal se ha deteriorado mucho desde mi primer parto.
3) ¿Cómo descubrió su prolapso? ¿Cuánto tardaron en diagnosticárselo? ¿Cuál fue tu reacción cuando te diste cuenta de que era un prolapso?
Descubrí mi prolapso mientras me duchaba, 1 mes después de mi primer parto.
Ya sentía pesadez desde el parto, pero mientras me lavaba noté un bulto, me asusté, cogí un espejo para mirarme y me di cuenta enseguida de que era un prolapso. Empecé a llorar aterrorizada, llamé a mi matrona asustada y me tranquilizó diciéndome que era perfectamente normal después de dar a luz y que “se retraería”. Luego tuve mi control postnatal con mi ginecólogo obstetra, que me examinó tumbada y concluyó que no había descenso del órgano y que ¡incluso podía prescindir de la fisioterapia!
7 meses después del parto, no me sentía realmente bien, no podía respirar como antes, jadeaba constantemente como si me estuvieran succionando, excepto cuando estaba tumbada. Me costaba mantenerme erguida, moverme, sin esta sensación de que “algo se me iba a caer de la vagina, como si fuera a dar a luz otra vez”… así que llamé a mi ginecólogo “tradicional” y amigo de la familia que enseguida me confirmó lo que tanto temía.
4) ¿Qué es lo que más le molesta (o le ha molestado) del prolapso? En términos de síntomas físicos o psicológicos, su relación consigo misma, el envejecimiento, el sexo, el deporte…
Tengo ganas urgentes de orinar, y también voy 4 ó 5 veces durante la noche, por lo que duermo poco o mal.
Tengo una sensación de pesadez en el bajo vientre, ardor, dolor como si me hubiera puesto un tampón en el lugar equivocado, dolor rectal pasajero, dificultad para defecar y estreñimiento agravado. Me cuesta estar de pie mucho tiempo y el único alivio que obtengo es tumbarme. Disfruto muy poco o con mucho dolor de mis aficiones y de mis hijos: bailar, visitar un pueblo a pie durante un día, jugar al fútbol con mis hijos, nadar durante las vacaciones con mis hijos porque los tampones no aguantan más de un minuto…
He dejado de hacer deporte… Incluso el Yoga y el Pilates son complicados por ciertas posturas que provocan una presión abdominal que aún no domino… Me quedo sin aliento muy rápidamente.
También me siento menos mujer y menos deseable; realmente ya no me gusta mi cuerpo.
5) ¿Qué ha cambiado el prolapso en su vida cotidiana? ¿Qué aspectos de su vida se han visto más afectados?
Todo lo que he mencionado a continuación ha tenido un gran impacto en mi salud física y mental, mi vida familiar, mi vida amorosa y, sobre todo, mi vida social: el tema es tabú, la discapacidad es invisible e incluso algunas personas cercanas a mí no lo entienden, todo ello agravado por esa representación social del descenso de órganos reservada a las “abuelas”…
Ya no puedo hacer la compra como antes, las bolsas pesan demasiado, las colas son a veces insoportables, las tareas domésticas, que antes me encantaba hacer, son una carga…
Mis hijos han crecido, pero no he podido ocuparme de ellos tanto como hubiera querido…
6) ¿A quién (o a qué recursos) consultaste para comprender mejor lo que ocurría en tu cuerpo?
Soy autodidacta desde hace 8 años. La gente que me rodea se asombra de mis conocimientos sobre esta afección, basados en lecturas científicas, conversaciones con dos fisioterapeutas y el radiólogo que me hizo la resonancia magnética dinámica de la pelvis, todos ellos especializados en este campo. El año pasado descubrí MyLittePessaire gracias a una joven maravillosa que conocí en un grupo de apoyo de Facebook: Su equipo, y sobre todo su fundadora, fueron un alivio para mí, una fuente de ímpetu y esperanza, gracias a su atención, su deseo de cambiar las cosas, de ayudar a las pacientes proponiéndoles varios dispositivos, aunque todavía no hubiera encontrado el pesario adecuado… Este encuentro me permitió conocer a otras mujeres maravillosas y valientes que, como yo, sufren el mismo hándicap, y con las que decidimos crear la primera asociación de lucha contra el prolapso de órganos pélvicos.
7) ¿Qué te ayudó a sentirte mejor y a comprender mejor el prolapso? ¿Fue el apoyo de sus allegados? ¿La comprensión y la amabilidad de su pareja? ¿Los testimonios de otras mujeres afectadas?
La inmensa amabilidad y paciencia de mi marido y mis hijos a pesar de su corta edad, la escucha activa y comprensiva de mi mejor amiga (la única de muchas…), la de mi madre y mi padre cuyo apoyo e implicación en la comprensión de esta afección es indefectible. Y recientemente, los testimonios de otras mujeres que han vivido lo mismo: jóvenes y dinámicas, un primer parto traumático y violento, el famoso “descenso” a los infiernos…
8) ¿Cómo te llevaste con la profesión médica? ¿Te sentiste bien atendida y apoyada por los profesionales sanitarios? ¿A qué terapeutas consultó? ¿Cómo se sintió?
Vagancia médica, desconocimiento de la enfermedad, negación de la discapacidad (¡según ellos no es vital, así que no es grave!), falta de consenso, falta de soluciones terapéuticas a largo plazo y sin riesgos.
9) El proceso de aceptación de un diagnóstico suele ser largo y difícil, pero no insuperable. ¿Está de acuerdo con esta afirmación? ¿Por qué o por qué no?
Estoy de acuerdo quizás desde hace sólo unos meses… se trata más bien de aceptar que no vas a recuperar tu antigua vida, de aceptar una “minusvalía” para poder avanzar, hacer concesiones y reorganizar tu estilo de vida.
10) ¿Qué soluciones ha elegido para tratar su prolapso o corregir sus síntomas? ¿Está satisfecha con ellas?
- Programar una cesárea para mi segundo y último parto (¡la mejor elección que podría haber hecho, a pesar de que algunos ginecólogos abogaban por un parto natural como algo que salva vidas psicológicamente y no agrava físicamente! Por suerte, tenía de mi lado a dos ginecólogos que no compartían mi punto de vista).
- Termocoagulación del endometrio (muy poco conocida) que me salva los días de menstruación porque ahora apenas tengo sangrado, por lo que alivia la pesadez que aumentaba el sangrado abundante…. Y sobre todo, ¡ahora puedo disfrutar de mis vacaciones de verano e ir a nadar con mis hijos!
- Rehabilitación dos veces por semana con un fisioterapeuta competente que no te deja sola en una habitación con una sonda…
- El método Guillarme todos los días durante 15/20 minutos.
- Un estilo de vida sano: control del peso, no levantar objetos pesados, dieta equilibrada (me permito algunos excesos, ¡hay que vivir!).
- Tomar laxantes “suaves” todos los días por prescripción médica.
11) ¿Cuál es tu relación con tu cuerpo y tu prolapso? Por ejemplo, ¿en cuanto a la imagen que tienes de él, tu percepción de la patología, tu experiencia psicológica…?
Sigue siendo una relación muy complicada, a pesar de que la he aceptado. Me gustaría tanto poder volver atrás en el tiempo, no haber dado a luz de forma tan violenta y, sobre todo, haber sido consciente de ello desde una edad temprana…
12) ¿Qué le dirías a las mujeres que hoy descubren que son portadoras de un prolapso? ¿Qué te hubiera gustado escuchar cuando estabas en su lugar?
Que se atrevan a hablar de ello, porque cuanto más lo hablas, más te das cuenta de que otras mujeres de tu entorno están afectadas y te sientes menos sola, que el camino es largo pero que puedes mejorar tus síntomas con varios dispositivos posibles. Por lo que a mí respecta, los síntomas dependen de tu ciclo, de tus actividades y de lo cansada que estés, y seguro que hay días más sintomáticos que te minan la moral, por lo que siempre debes recordar los días menos sintomáticos, ¡existen de verdad!